RECITAL DE POESÍA - PREBIENAL 2025

El seminario de psicoanálisis y poesía presenta:

EL OTRO TERRITORIO

Viernes 7 de Noviembre de 2025 18 hs
Auditorio “José Martí”
Universidad Nacional de La Matanza

Presentación a cargo de María Belén Corso

Publicación de los autores:

Eleonora D'Alvia, Karina Grosso, Gabriela Caporali, Graciela Mori, Carmen Noemí Maglione, Mónica González, Natalia Fialá, Luis Langelotti, Juan Eugenio Rodríguez, Víctor Ibáñez

"Flore-siendo" - Jeuroz´25

Eleonora D'Alvia

QUÉ MUNDO ÉSTE

Hoy mi decir es político, apunta a transformar la realidad. Es poético, apunta a transformar el lenguaje. Político poético, poético político. Voy por el mundo y me veo en los ojos de su miseria como el trastorno del vivir moderno. La locura de nuestro tiempo. Qué goce es ese. La proliferación del consumo frente a la miseria de desposesión absoluta. ¿Qué miseria espiritual habita en el corazón del capitalismo que nos vive? El desconsuelo de mi corazón ante la crueldad cruda, sin anestesia, de salir a la puerta y caminar por mi calle. Qué mundo éste que prolifera por todas partes, no importa dónde vayas. No hay descanso de la crueldad de este mundo.

24 de Enero de 2017

NO VAYAS

No vayas

al llamado estrecho

del vendaval mezquino

al oscuro atavío

del dios de los malditos

estás destruyendo

lo que no sabes

que existes

así, torero

la polvareda no te deja

ver

ciego avanzas

en brazos de la furia

de otros

atropellado por tu propia

ignorancia

Deja que el amor

te acucie a amar

déjate llevar por

las mordeduras del tiempo

rechaza la inmortalidad

del cangrejo.

QUERIDO:

Cuando te encontré

encontré mi camino

gracias por correr

como río sonante

sonoro

por mis días

por mi deseo

en esas huellas fulgurantes

de camino nuevo

siguiendo las marcas

que nos legaron

la búsqueda

Agosto de 2025

Karina Grosso

¡ILUSOS!

¿Soñar es humano? No, la ciencia demuestra que los animales sueñan. Solo que los

humanos interpretamos lo que soñamos, “soñé que moría mi jefe, ¡le alargué la vida”!

Ilusos. Los animales sueñan, pero no cuentan sus sueños a otros.

Algunos humanos interpretan sus sueños como premoniciones o intuiciones.

Otros humanos hacen teorías con los sueños, Freud dice que el sueño es una

producción del inconsciente, Laca dice: “el sueño es su texto”.

Las ovejas o los perros eléctricos, da igual, tienen cuatro patas y ya existen. Pronto

habitarán nuestros sueños también. Entonces los humanos si soñaremos con ovejas

eléctricas.

¿Y con que soñarán los Androides?... Los androides soñarán, con tener un cuerpo. se

preguntarán como sentir el dolor de la pérdida de un amor, el conflicto humano, la

crisis, la felicidad de un sueño logrado. Ilusos

Podrán leer nuestros deseos, pero no desearlos, podrán intentar cosificar nuestro

deseo para poder crear algo vendible. Pero el deseo humano es tan inalcanzable, tan

metonímico que se escapará entre sus dedos metálicos y al fin cuando los androides

crean que capturaron nuestros anhelos, nuestro entendimiento, allí volverá a surgir

algo nuevo. Una nueva aspiración que alcanzar.

Ilusos, nada nos colma y eso el mercado lo sabe, siempre tendrá algo nuevo para

ofrecernos: Ese auto, si ese, si lo tuviera sería tan feliz, Ilusos.

Cambiar de sexo, de género, de identidad, cambiar de país rápidamente, vuelos low

cost a Júpiter, cada vez más rápido y más baratos. Eso si me hiciera tan feliz, tener un

hijo, tener ese cuerpo, tener ese título. Ilusos

Tener un cuidador androide que no se canse de nosotros, aunque lo maltratemos.

Que alguien nos quiera, nos elija, que quiera compartir tiempo con nosotros porque

tenemos algo interesante que decir o algo aburrido, da igual.

El androide sueña con ausentarse y que lo esperemos, que nos preguntemos ¡¿va a

venir?

El androide sueña con ser humano y entregarse al placer como lo hacen dos amantes.

No, los androides no sueñan con ovejas eléctricas, sueñan con ser humanos

Detrás del algoritmo hay un humano creando una inteligencia que lo supera, pero no

puede dejar de sentir esa frustración del “no todo”. No todo es posible, los Androides

también se apagarán un día y con ellos las ovejas eléctricas. Ilusos

Gabriela Caporali

CORRER RIESGOS

No nos define el paso del tiempo

o la edad que alcanzamos.

Más bien la vida se mide

por la osadía de los encuentros.

El sagrado misterio de ir aprendiendo

a ser uno mismo, mientras

vamos siendo con otros.

Feliz acierto encontrar la alquimia.

Cuanto más sincero sea el viaje

hacia el interior de nuestras entrañas,

hacia la profundidad del alma y

los laberintos de la mente;

un gran caudal de gracia hecho palabra

estará dispuesto a abrir caminos.

Habitar con plenitud espacios propios.

De vez en cuando revisar,

remover lo sucio, sacarlo fuera,

sentirse un poco más liviano.

También arriesgarse a otros sitios.

Desafiarse en terrenos nuevos,

serenos, apacibles o inciertos y movedizos.

Ponerse a prueba en lo desconocido.

Saludar, presentarse y hacerse allí un lugar.

Lodo, piedra o pisos relucientes,

por todos transitar sin prejuicios.

En buena alerta, abierto,

dispuesto a seguir creciendo.

Curioso.

Atento a esa chispa

que enciende el fuego

que da calor a los huesos.

El otro me complementa,

me sacude,

me despierta,

me enseña.

Lo mismo en viceversa.

Comprender a cada paso,

en la controvertida

complejidad de lo humano,

que es necesaria la compañía.

Con acuerdos y rupturas.

Con más preguntas que respuestas.

Siempre con un lápiz y un papel.

Así deseo y decido mi travesía.

Graciela Mori

OTRO TERRITORIO

Queridos habitantes del Planeta: Me dirijo a ustedes para comunicarles que no somos amos de nosotros mismos. Creemos que elegimos. Pero Freud nos mostró que bajo la superficie del yo hay otra fuerza, y tal vez, en ese límite, se abre la posibilidad más humana de todas: escuchar lo que no sabíamos que habita en nosotros.

BALANCE DE LA SOMBRA.(1)

Muchas veces, en los desvanes de la noche, Cuando la soledad se llena de ratones que vuelan o escarban bajo el piso Para roer, tal vez, los pocos nudos que me atan a este asilo, Busco a tientas el lazo que todavía me retenga. Entonces te adelantas, aunque no sé quien eres, Sombra fugaz y sombra de mí misma, mi sombra ensimismada Si, tú, la más cercana pero la más extraña (…) Pero ¿Quién eres tú? ¿Quién eres? Quizás seas apenas un jirón de niebla Que copia dócilmente cada pacto de mi sustancia con el tiempo, Como cree la luz. (…) Compañía fatal o delatora. Sombra perversa y sombra protectora, Mi doble de dos caras (…) Has hecho lo imposible por parecerte a mí, en mi versión confusa, Aunque siempre aparezcas embozada en anónima y ajena, peregrina envoltura. Yo te confieso ahora, mientras estoy aquí, Mientras aún me enuncias o me sigues, no sé si como emisaria o como espía, Que quienquiera que seas no querría perderte entre otras sombras. No me dejes nunca a solas con mi desconocida: No me dejes conmigo.

(1) Fragmentos de la poesía Balance la sombra, perteneciente a Olga Orozco.

Carmen Noemí Maglione

PRINCESA DE LA NIEVE

Princesa de la nieve, ¿quién se olvidó de ti? el universo que no habitabas, el Barrio Villegas que te vio nacer, el espantapájaros que por no tener sangre en sus entrañas, olvidó que te parió.

Princesa de la nieve, llegaste apurada por vivir y sin darte cuenta jugando con las muñecas te enamoraste de ellas, creyendo que eras una, jugabas a ser adulta, olvidaste el amor que les tenías, te enamoraron los juegos nocturnos, te creíste una muñeca de alcoba.

Princesa de la nieve, entre pantallas y selfies creciste de golpe, recorrías el barrio, te conocían, o eso creían, una tarde te enamoraste, vestida de gala el glamur te cautivó, sin importar qué, logró que sigas tras de sí.

Princesa de la nieve, encontraste caminos que no conocías, que te llenaron de placeres, esos te cautivaron, entre alfombras de billetes, y cascadas de alcohol embriagantes de ilusión, te perdiste entre cortinas de humo, creíste vislumbrar el amor, ese del que no se puede sucumbir y se fue apagando la niña enamorada de las muñecas, te convertiste en muñeca de la noche.

Princesa de la nieve, el lobo blanco te encontró, jugando a ser muñeca, y le diste tu corazón, él te atrapó, se convirtió en la luz de tus noches, el faro de tu vida, fue el traficante de tus sueños, envueltos en lujuria, de placeres, entre lentejuelas y espejitos de colores, te llevó a bailar la danza final.

Princesa de la nieve, el lobo blanco te atrapó, con su sed de venganza la luz de tu vida tomó, y la muñeca vestida de princesa con solo 15 años para siempre se esfumó.

Mónica González

COACCIONADA

¿Quién soy?, retumba en mi cabeza, soy quien quiero ser, estoy donde deseo, rodeada de quien elijo. Así vivía hace tiempo atrás, hoy desterrada, una hambruna filosa desgarra más que mis tripas. ¿En quién me convierto para sobrevivir? Quebrado en trozos tan pequeños mis deseos. Desconocidos mutilados a mi alrededor gritan.

Grito.

Coaccionada.

Esta ahora soy.

BAJO UN SOL Y UNA LLUVIA

Siembra su costumbre, bajo un sol y una lluvia. Una tierra sucumbe al hábito. reconoce el amor, Siente, vive, las caricias de los antiguos que agradecían sus frutos, que brindaron ternura. Y un lazo de cultura surgió, bajo un sol y una lluvia, se aman, se protegen, se miman. Ella es en él, él en ella es. Patria nació, de aquel enlace amoroso

un día, bajo un sol y una lluvia.

TU AROMA

Hueles esa esperanza. Allá estás, acá estoy. En mis pies brotan tus raíces luminosas, que a cada paso, huellas esparzo de quién soy, de quién sos. Intentarán quitarme mis vestidos, mis zapatos. Me forzarán a hablar otros idiomas. Pero por las noches, alzo mi vista a las estrellas, y te siento, te respiro. Soy tuya y mía sos. Somos un corazón que a veces sangra y a veces brilla. Hueles a esperanza,

esa esperanza,

que me da vida.

Natalia Fialá

REFUGIOS

Desorientación, desconcierto, incertidumbre.

La intensidad puede cambiar

Pero la sensación siempre es la misma.

Todo es igual, todo es habitual.

Todo parece pasar a un ritmo cada vez más rápido

Sin pausas, sin respiros.

La gente va, viene, avanza mecánicamente con sus vidas

en medio de un caos atroz y perverso

donde todo parece dar lo mismo.

Donde no vimos venir nada.

Rodeada de una multitud que parece adormecida

me muevo dando pasos que me sé de memoria

con la sensación de estar desconectada de todo y de todos

con la sensación de estar al borde de un abismo

donde hay que despertarse abruptamente para no caer.

En esa monotonía agobiante

hay algo que me es extraño, que desconozco.

Que me abruma, que me rompe.

Algo que no sé bien que es, pero sé que me falta. Que nos falta.

Y que no puedo encontrar sola.

Quizás se trate de un lugar. Un lugar donde no sea todo igual

donde no nos aglutinemos en esa soledad asfixiante.

Un lugar donde haya espacio.

Donde podamos tomar distancia de esa masa hipnótica

que nos aplasta hasta dejarnos sin aire, sin voz, sin aliento.

Un lugar donde haya huecos, resquicios

por donde las diferencias pasen

posibilitando lazos que alojen y funcionen como refugios.

Lazos que propicien encuentros.

Que nos saquen de ese lugar de espera, de repliegue, de supervivencia

para poder dejar de soportar y pasar a desear.

Para dejar de existir y empezar a vivir

A latir

entre los afectos y los efectos de la comunidad

ahí donde las diferencias irrumpen

ahí donde las singularidades emergen

en un territorio que nos sostiene frente al desamparo

Un territorio como refugio

Un refugio que no es sin otros.

Luis Langelotti

EL INVASOR

Ingresamos al edificio. En mesa de entradas una cabeza robot atada con alambre a un palo de escoba nos indicó que debíamos subir al segundo piso e ir a hablar con el secretario general.

Luego de subir varios escalones hasta llegar al segundo piso donde estaba el despacho del secretario general dimos con una puerta de doble hoja color plateado con varias líneas diagonales rojas y verdes. Una diminuta chapa dorada con inscripción aclaraba:

SECRETARIO GENERAL

Dr. Adorno Faxister

Golpeamos la puerta. La misma se abrió sola y detrás de un enorme escritorio marrón oscuro de madera real, allí estaba observando y escuchando un holoinformativo otro de los nuevos personajes gobernantes de Kuzko. Máximos representantes de la decadencia en la que había entrado la Ciudad, según opinaba Xaomi y ratificaba OFELIA. En el noticiero que veía Adorno Faxister se escuchaba una publicidad en la que se ofrecía “2 x1 en clonación”: “Le ofrecemos al mismo precio la clonación genética y la clonación digital que reproduce con exactitud su yo presente sin tener que esperar el largo periodo de la maduración biológica, con el desfasaje que ello conlleva. ¡Llévese su identidad artificial hecha con IA hoy mismo y un 30% OFF en biomascotas”.

–Buenos días –dije, con un tono medio suplicante que me salió sin querer−. Vengo a informar de mi llegada al planeta durante la mañana de ayer.

Adorno continuaba prestándole atención a la proyección holográfica que era emitida por su nanophone azul mate.

–Ejem… –insintí, queriendo interrumpir su concentración–. Mi nombre es Marcos Heredia y soy un bioquímico terrícola. No sé exactamente a qué vine a vuestra excelsa y respetable casa, pero sí sé que tengo la responsabilidad de anunciarme. Soy un cosmonauta pacífico que solamente necesita recobrar algo de memoria. Tal vez ustedes podrían ayudarme en ese sentido…

Adorno apartó su mirada del holo y lo apagó con un chasquido de dedos. Tenía unas gafas muy graciosas que parecían de mujer, aunque sabía que eso no era más que un prejuicio mío. Se las bajó lentamente y curvó su ceja derecha. Tenía una mirada penetrante y dos enormes ojos grises que intimidaban. Su cara tenía ángulos muy pronunciados y cierta nariz aguileña. Un canoso peinado enrulado y un largo mostacho gris culminaban la espectacular cabeza de ese personaje de caricatura. A todas luces no era szordhyano. Pero, entonces, ¿qué era? ¿otro terrícola al igual que yo? En ese caso, la suerte hubiera estado de mi lado. Pero no fue así. El encuentro con Adorno Faxister iba a ser una de las experiencias más impactantes durante mi estancia en Szordhyn 62.

–¿En qué puedo ayudarlo, Sr. Heredia? Presuponiendo que este servidor tuviera las herramientas para hacerlo, ¿debería? ¿Usted cree que ese es su “derecho” –puag, qué palabra tan repugnante– y que esa es mi “obligación”? Como verá soy o fui tan terráqueo como usted, pero por suerte emigré de ese andrajoso mundillo plagado de humanos y vine a este cielo real donde –expansión de los negocios privados mediante– reina la libertad de manejar países o ciudades enteros a piacere de los intereses económicos de las empresas más monopólicas y dominantes –y de los Señores y de las Señoras más influyentes– del planeta.

Me tomé mi tiempo para responder. No quería sonar ni descortés ni sometido. No tenía ningún interés en polemizar con Adorno, solamente necesitaba que me brindaran algún tipo de ayuda ínfima.

–Disculpe, estimado Adorno Faxister, si es que así se llama usted como lo aclara la chapa de la puerta. No he venido aquí a intentar causarle ningún inconveniente. Necesitaría realizarme algún ADN express y averiguar cómo son los trámites para alquilar una nave que me pueda llevar de regreso al planeta Tierra. Tengo la leve impresión de que nunca recordaré la misión por la que he venido.

Faxister se quitó completamente los anteojos y lanzó una risotada estruendosa que nos sobresaltó tanto a Xaomi como a mí.

–¡Una nave espacial! ¿Tenemos cara de remiseros? Qué osadía la suya, Heredia. En esta Secretaría solamente vamos a tomarle algunos datos mínimos que nos interesan a nosotros y luego usted podrá desenvolverse libremente por el planeta o, al menos, por esta ciudad dirigida por el eminente Eladio Reinante. Con que apoye su huella dactilar en el elemento que le estoy por proporcionar y deje que escaneemos su iris con este otro que aquí ve, es suficiente. No nos interesa a qué vino, de dónde vino, cuál será su actividad comercial para sobrevivir aquí, si es que logra sobrevivir o no. Todo eso corre a cuenta suya. Si comete algún delito en pos de su supervivencia trate de que no nos enteremos. El mes pasado gastamos una fortuna en la construcción de la nueva cárcel de máxima seguridad donde sólo caben ocho reclusos y ya tenemos detenidos a seis. Además, el jefe de Gobierno tiene planificado aplicar la pena de muerte a partir del mes próximo, con lo cual aún menos le recomendaría meterse en problemas con estas autoridades. Por último, esta Secretaría en sentido estricto es una Sociedad de Responsabilidad Limitada. Cualquier disconformidad con nuestra atención deberá ser expresada en forma oral ante el Tribunal Imparcial y Objetivo N° 865685 radicado en la Isla Tierra Acogida a más o menos unos 300 km terráqueos de aquí.

Me quedé perplejo. Era evidente que no pensaban ayudarme ni un poco. Intenté ponerme un poco más duro y enfático, a ver qué lograba con ello.

–Discúlpeme, Sr. Faxister, pero la realidad es que no estaría comportándose acorde a los Tratados Cosmopolíticos vigentes, según tengo entendido por la preparación que supongo que recibí antes de emprender este viaje. ¡Exijo solidaridad con este astronauta terrícola desmemoriado! ¿Cómo es posible que siendo usted un ser humano al igual que yo se comporte de esta manera tan cruel y egoísta? ¿Usted entiende cuál es mi situación? No sé ni a cuántos kilómetros de la Tierra me encuentro y tampoco sé a qué vine, pero usted es tan insolidario que es capaz de dejarme aquí tirado, a la buena de vaya a saberse qué mandamás.

Luego de un silencio que me llenó de fe, nuevamente Adorno Faxister echó a reír, pero esta vez con mucho más énfasis y descaro. Abrió un cajón de su anticuado escritorio y de allí sacó una máquina para tomar mis huellas dactilares. Además, acercó un elemento que ya estaba a la vista para escanear mi iris.

–Hagamos todo esto lo más rápido y sencillo posible, Heredia. No se encuentra en condiciones de negociar ni de exigir nada. Agradezca que no lo expulsamos al vacío estelar sin más. Por favor, introduzca su dedo en este aparatejo y luego aproxime su rostro mirando aquí donde se encuentra la luz verde en este otro dispositivo.

El secretario general de la empresa que curiosamente gerenciaba el organismo público así llamado Secretaría del Recienllegado, insistía con que colocara mis dedos en esa mugrosa cápsula amarilla. Y luego me volvió a pedir dejarme escanear el iris con una especie de binocular plateado cuyo ínfimo cable blanco recorría media oficina hasta enchufarse a lo que parecía ser un tomacorriente de 220v. En ese edificio daba la impresión de que misteriosamente habíamos retrocedido en el tiempo dado que, en comparación con lo registrado por mí en el resto del planeta, todo era vetusto o anacrónico.

Una vez que accedí a todo eso que Faxister me pedía, desde una antiquísima máquina impresora salió un Informe en papel sobre mi identidad. Al menos iba a poder estar más seguro de algunas cosas. Faxister se levantó de su silla –era bastante más bajo y gordo de lo que parecía– y agarró la hoja impresa. Luego caminó otra vez hasta el escritorio, se encendió un smoggin y leyó para sí mismo. Su expresión facial se fue transformando conforme avanzaba en la lectura. Puso cara de sorpresa.

–¡Increíble! ¡Esto no es posible! –gritó con una voz algo quebrada. Parecía verdaderamente sorprendido.

–¿Qué sucede? –preguntó enfáticamente Xaomi–. ¿Cuál es el inconveniente con mi amigo terrícola?

–Señorita, en primer lugar, por ser mestiza debería dirigirse con mucho más respeto hacia mí. En segundo lugar, mi sorpresa no se debe a un mero inconveniente como usted acaba de decir, sino que aquí tenemos un problema grave. Marcos Heredia o como quiera que realmente se llame. ¡Usted es un invasor!

–Pero, ¿qué dice? –repliqué velozmente. No pensaba dejar avanzar esa acusación difamatoria ni un centímetro–. Usted está completamente loco. No estoy seguro de cuál es mi misión en este planeta como ya he dicho, pero estoy totalmente convencido de que no he venido a invadirlo ni nada que se le parezca. Además, ¿usted en serio piensa que una invasión es algo que pueda realizarse individualmente? ¡Pero qué estupidez, por favor! Le pido que se retracte y que me brinde la información que el escaneo de iris y mis huellas dactilares le han proporcionado.

–Pues exactamente eso –replicó sin más–. No figura en nuestro sistema y tampoco nos brinda siquiera un mínimo de información sobre usted.

–Eso es lógico puesto que yo nunca estuve aquí antes.

–Nuestra central de datos está en contacto permanente con otros planetas y otras galaxias. En Szordhyn 62 y para ser más exactos en el Área boreal de Halis 58, tenemos una explanada de cuatrocientos kilómetros cuadrados a la que llamamos The Desert of the News y en la que funciona el data center más ingente de toda la galaxia Unmeguste. Este año ha pasado de almacenar enormes cantidades de exabytes a pequeñas cantidades de zettabytes, pero que próximamente no serán pocas sino muchísimas, lo cual dará nacimiento a la medida de almacenamiento informático del futuro: el szordhynbyte. Serán realmente muy pocos los que van a poder pagar un szordhynbyte, pero muchísimos los que lo necesiten para poder continuar normalmente con sus vidas digitalizadas en grado extremo sin sentirse excluidos o sin sentir que se quedan afuera de la fiesta. La joda del mañana requerirá un poder de acumulación de datos para el que solamente Szordhyn 62 está preparándose y, en particular, nuestra pionera Ciudad de Kuzko. De hecho, ya se está pensando en una equivalencia entre la moneda y la unidad de información, lo cual simplificará muchísimas transacciones. Un szordhynbyte será equivalente a la criptomoneda universal del futuro: el szordhyncoin. Para que un idiota como usted pueda captar lo que significará eso, déjeme decirle que un szordhyncoin equivaldrá aproximadamente a un gugolduplex de dólar y, si las cosas salen como se las está planificando, un szordhyncoin pasará a equivaler a un Graham de dólar. ¿Conoce usted el valor de ese número, Heredia? En fin. Dicho todo esto y disculpe si me he ido por las ramas, nuestro sistema lo ha buscado a usted en infinidad de bases, pero nada de nada, che. Es un inexistente, no figura en ninguna base de datos y eso se considera automáticamente peligroso. De hecho, ya mismo estoy activando una alerta marrón XJIU-

–¿Y eso qué significa?

−Lo que ya le mencioné. Usted está calificado como potencial invasor, damos por hecho que tiene una cantidad de planes oscuros y malvados contra la Ciudad de Kuzko, en principio, pero tampoco descartamos que quiera colonizar y destruir Szordhyn 62 después de haber encadenado, envaselinado y violado a todas nuestras mujeres.

Al escuchar todo eso no pude evitar explotar en una estridente risotada. Estaba muy, muy enojado. Una vez que me calmé un poco, tomé la palabra y dije:

−¡De todas las cosas psicodélicas con las que me he topado desde que llegué, sepa que esta es la mayor! ¡La más ridícula, injuriosa y chocante! ¡Usted no es más que un enorme miserable, Adorno Faxister!

Entonces me invadió un impulso muy extraño que no recordaba haber vivido nunca antes en mi vida. Sentí ganas de matar. ¿Estaba enloqueciendo? ¿Eran las condiciones climáticas de Szordhyn 62 las que me hacían pensar así? No podría decir con certeza cuál fue el motivo, pero la realidad es que tomé mi nanopistola y ejecuté al secretario Adorno Faxister con un impresionante rayo láser destructor. Me tomó menos de un segundo.

Cuando nos asomamos con Xaomi –quien parecía haberse tomado mi impulsividad con bastante calma– para ver qué había quedado de él, solamente encontramos esos cómicos anteojos que parecían de mujer y un grisáceo mostacho calcinado que largaba un finísimo hilo de humo azul. Ella tomó las gafas y se las puso. Le quedaban mucho mejor que al calcinado aquel.

Juan Eugenio Rodríguez

ya nada me conforma

me conforta
me resguarda
mi intemperie
tan maravillosa

SUEÑO POR EL VIENTO

Sueño por el viento

un desierto de jazmines blancos

y de las entrañas de la tierra
fuego.

SEPTIEMBRE

Por qué es necesario hablar de los muertos

una vez muertos ya

no hay más nada que hablar

o puedes hablarle solo que él ya no te puede responder

no puede acercarse y acariciar tu rostro

o darte un beso o un abrazo o un rechazo

ya no puedes reclamarle que

hace mucho que no nos vemos

hace demasiado tiempo que no nos vemos

y no pareciera surgir el deseo de vernos

ya no se puede todo eso todo ese reclamo

ese hablar de nosotros

Creo que al hablar de nosotros

hablo de ti y de mí

de nosotros

Mejor no hablar de los muertos

mejor callar

o mejor aún hablar de la vida

hablar para delante

lo que viene

lo que será

sí, hablar de la vida

como tragándome la muerte

devorándomela

haciéndola desaparecer

¡Ah, si señores!!!!

yo solito emprendo

semejante hazaña

devorándome

Jeuroz

2015

EMPERADORES DE LABIOS INMÓVILES

a Enrique Molina

Emperadores de labios inmóviles

y grandes testículos de oro

curtiembres de carroñas

aunque estas aguas susurren una gloria

frenética

únicamente insultan,

usurpadores con espalda de cerdo.

Nosotros

dioses de máscaras de canela

amantes entre la espuma lunar

somos pájaros tatuados por el fuego

somos un líquido perfumado que fosforece.

Víctor Ibáñez

SUYU

Debajo del cemento del conquistador

Susurran las huellas de tata inti y la pachamama

Aún perduran las pircas

trazando el camino del inca

desde Ecuador al norte

hasta Argentina y Chile al Sur

Resonantes pasos del recuerdo

Sangra pachamama

sangre blanca de litio

sangra sangre roja de cobre

sangre dorada de oro

y hasta la sangre negra del petróleo

sigue sangrando

Sorbe la insaciable sed del conquistador

Hasta la lengua nos han robado

hablo dialectos extraños, ajenos a mi cuerpo

Lava mi cara de lágrimas
con agua de los Andes

que fluyen hasta las orillas del mar

Emancipa mi voz tata inti

pa mi tierra pachamama

que mi cuerpo fragmentado

oculto bajo los escombros

quiere levantarse Emancipado.

DE LAS GRACIAS DE ESTE MUNDO

De las gracias de este mundo

Dos acompañan mi existencia

La vida misma y una compañera en el viaje

Le prometí caminos de cornisas

ella, me enseñó a caminar tomados de la mano

Apresuré los pasos, alocados de impulsos fatídicos,

ella me hace de anclaje para aminorar la marcha

Le mostré mis miserias

ella dijo "quien no tiene miserias no ha vivido"

A veces juego como un niño

La molesto, la pellizco para saber que no estoy soñando

Tranquilo, me dice "estoy aquí, no desesperes"

Cumplí con las reglas sociales

Aunque dice "esposa de..."

No es mía

Es su propia dueña

Y me permite anidar a su lado

Nos encontramos luego de varios intentos

No éramos primerizos en la maraña de enlazarnos

Yo la dejé libre y ella a mí.

Siempre que los vientos eran fuertes

y mis fuerzas flaquean

La duda me embargaba

Ella me sostenía

Mi rigidez amalgamada con tu tierno corazón

hizo nuestro andar más firme

Cuando siento que nos vamos quedando solos ella me dice "no estás solo yo estoy aquí"

Cuando pregunto "como terminaremos esta historia"

Me dice "aún hay tinta en estas plumas"