3
Habitar en el disimulo,
toda luminaria me es ajena.
Las cosas, concretas o abstractas,
solas o en manada,
se drenan por el sumidero
de unos sueños sucios.
Se van, para que fallemos en hablar
y ser hablados,
y cuando se quedan nos viene
alguna chatarra del pasado.
Ninguna asepsia nos concierne.
Los rostros salen de la catatonia
a ramonear cajones de cerveza.
Los despojos del buen vivir
caracolean entre cartones
y volantes políticos lavados
por las lluvias de agosto pasado.
Los tísicos celebran
otro sol mal parido.
Del cerro se desvela el vendaval
por el laberinto de asfalto
que rompe en el lago,
arrastrando interiores
al interior de las aguas grises.
Mundo en estado de ahogo,
quietismo y espasmo a la vez,
en el polvo de las duraciones.
Calíope Cadáver
por Jorge Alegret
Ediciones el Perro Malo 2023
4
Tiempo en cajas chinas,
y carrillones de güeso.
Niebla en madrugadas portátiles
y carámbanos en las retinas.
¿En qué momento saquearon la víspera?
La sombra del ala del chimango
en el ojo de un gato revela el motivo del crimen.
5
La voz graniza.
Ruido blanco
en los vientres solos.
Muriendo se despliega,
y la estructuran es viscosa:
gotea sobre los objetos
con un lenguaje pringoso
(algo así como ser amado
en el lugar equivocado).
El ahora es un efecto político,
el desierto donde nos vamos
quedando ciegos,
esculpidos en algún desamor.
No, no pasa el tiempo.
Un destello lunar
sobre una espalda desnuda,
tensa y rutilante de sudor,
esa fugacidad, la resaca
de tiempo vaciado en el otro.
6
Yo es la imposibilidad
de un principio.
El baldío es la constante.
Hay hospedajes yermos,
hay rescoldos olvidados,
hay excrementos y osamentas
y un semblante de hielo viejo
ávido de primeros planos.
De pie, junto a la ruta,
los camiones bioceánicos
deshuesan el nombre
de los condenados,
la lista de los cualquiera.
Hay fiestas de exterminio
en el páramo,
con ornatos preverbales,
una nostalgia
de fundaciones espurias,
de continentes al garete
y percusión electrónica.
Se carnea, se bebe, se expulsa,
se muere.
7
Definir marzo, el solsticio
en progreso,
el guanaco dormido
en el depósito de chatarra,
blanco
y óxido,
y largos lilas
en la languidez
del arroyo
un relámpago besa
el filo del puñal,
rojo
y ámbar
que en el tajo supuran,
el estilo mierdoso
del poeta echado
como perro viejo
sobre la fórmica
que huele a lavandina,
¿otro poetizar?
¿moquear en el acontecimiento
de haber durado?
¿el escupitajo
de la identidad?
En su brote súbito
se ilumina el retorno
al hogar sumergido,
bajo las aguas negras
de una caleta.
Cuadro: "Hacia los costados del silencio"
técnica mixta - Jeuroz´17
8
Noche, y no saber
en qué despojo vendrá
ese capullo de nada
donde alojar el grito.